Las infecciones del tracto urinario (ITU) son afecciones que afectan a la vejiga o a los riñones. Se dividen en:
- Infecciones de Vejiga (Cistitis):
- Frecuencia: Son más comunes que las infecciones renales.
- Causa: Bacterias que entran por la uretra y llegan a la vejiga.
- Síntomas: Dolor o sensación de quemazón al orinar, necesidad frecuente y urgente de orinar, y presencia de sangre en la orina.
- Infecciones Renales (Pielonefritis):
- Causa: Las bacterias ascienden desde la vejiga hasta los riñones.
- Síntomas: Incluyen los síntomas de cistitis más fiebre, dolor en la espalda, y náuseas o vómitos.
- Gravedad: Son más graves que las infecciones de vejiga y pueden causar complicaciones si no se tratan adecuadamente.
Diagnóstico y Pruebas
- Evaluación: Puede ser suficiente con los síntomas para que un médico o enfermera identifique una ITU.
- Pruebas: Se realiza un análisis de orina simple o más complejo para detectar bacterias.
Tratamiento
- Antibióticos: La mayoría de las ITU se tratan con antibióticos. Para una infección de vejiga, el tratamiento suele ser de 3 a 7 días. Para una infección renal, puede ser necesario un tratamiento más prolongado, de hasta 10 días, y en algunos casos, hospitalización.
- Medicamentos adicionales: En algunos casos, se puede usar un medicamento para adormecer la vejiga y aliviar el dolor.
Prevención de Infecciones Recurrentes
Si tienes infecciones de vejiga repetidas, es importante verificar con un médico para confirmar que se trata de infecciones de vejiga y no de otras condiciones. Las estrategias de prevención incluyen:
- Aumentar la ingesta de líquidos: Ayuda a diluir la orina y promover la micción frecuente.
- Estrógeno vaginal: Para mujeres postmenopáusicas, el estrógeno vaginal en forma de crema o anillo flexible puede ser útil.
- Evitar espermicidas: Los espermicidas pueden aumentar el riesgo de infecciones de vejiga, especialmente cuando se usan con un diafragma.
- Orinar después de relaciones sexuales: Aunque no hay pruebas definitivas de su eficacia, puede ayudar a eliminar las bacterias que entran en la vejiga.
- Uso de antibióticos preventivos: En algunos casos, tomar un antibiótico diariamente o después de relaciones sexuales puede prevenir infecciones, pero su uso prolongado tiene desventajas.
- Metenamina (Hiprex): Una píldora que se toma a diario, alterando la orina para dificultar el crecimiento bacteriano, y que puede ser casi tan eficaz como los antibióticos en la prevención.
- Productos a base de arándano rojo: Pueden ayudar a prevenir las infecciones de vejiga, aunque la dosis efectiva no está claramente establecida.